En la presentación del tercer informe del Observatorio IPA, Industriales Pymes Argentinos, se analizó el impacto de la pandemia en el sector y se propuso un programa de apoyo al sector con cuatro ejes: energía, financiamiento, comercio exterior y defensa de la competencia.
“Una adecuada política energética que entre otras cosas permita a la industria pagar lo que consume y no la potencia contratada generando innecesarios sobre costos”, enfatizó el capítulo referido a los costos del sector, que fueron contenidos con el congelamiento de tarifas pero que deberá ser resuelto en los próximos meses.
El IPA también solicitó “una política financiera que promueva la producción y castigue la especulación, con fondeo suficiente y tasas acordes a la rentabilidad del momento”. La entidad reclama la aplicación de una tasa al 0% destinada a las pymes que necesiten invertir para recuperar competitividad, generar producción y recomponer el empleo perdido.
En materia de comercio exterior, la entidad reclamó “una política comercial que proteja el mercado interior toda vez que se achican los espacios de demanda a nivel global y se vayan observando conductas de competencia desleal”. “Es necesario proteger el trabajo argentino”, destacó el informe, en referencia a una avalancha de importaciones de un mundo que busca nuevos destinos comerciales.
En tanto, destacó la importancia de mantener un equilibrio en el frente interno ante el accionar de los oligopolios. Por eso instó a aplicar “una política de defensa de la competencia que haga un seguimiento de los abusos que se producen en los sectores más concentrados, sobre todo en los segmentos de producción de insumos de uso difundido”.
El Observatorio IPA dejó claro que la crisis de la industria no fue únicamente producto de la pandemia sino que tuvo un antecedente de “desindustrialización” aplicado por la gestión anterior, cuando “entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019 se perdieron casi 25 mil empresas en la economía formal y 5 mil industrias”.
“Para tener una dimensión del estancamiento que ha tenido la producción industrial en Argentina en los últimos años podemos decir que de los 16 sectores que considera el IPIM ninguno ha tenido una evolución que lo lleve por encima de los valores que tenía en el primer cuatrimestre de 2016. Puede hablarse tranquilamente de cuatro años perdidos para la industria argentina”, destacó.
En el bimestre marzo-abril, lapso en donde se impuso y se profundizó al máximo la cuarentena, la crisis industrial se agudizó: en marzo la industria manufacturera sufrió una caída del 16,8%; y en abril, ya con 30 días de cuarentena, la evolución negativa fue del 34% comparado con el mismo mes de 2019 y 18,4% respecto del mes anterior.
La consecuencia impactó en los empleadores. Entre diciembre y abril pasados disminuyó en 17.798 (un 3,3% del total) la cantidad de empresas, de las cuales 14.923 cerraron durante marzo y abril. “Si se analiza la variación entre abril 2019 y el mismo mes de 2020 se tiene una caída de 23.555 empresas, equivalentes a un 4,1%. Es decir, entre abril y diciembre de 2019 desaparecieron 5.757 empresas sin mediar una pandemia como la actual”, alertó el Observatorio IPA.