Fundada a mediados de la década del 70, la tradicional fábrica de tapas de empanadas La Mocita quebró en 2005. Ante la alternativa de tomar una indemnización e irse a su casa o quedarse para recuperar la empresa y seguir produciendo, la mayoría de los empleados optaron por este camino.
Un año más tarde lograron conformar una cooperativa y para seguir produciendo y sumando nuevas líneas de productos: tapas de tartas, copetines, pastas y panificados.
Miguel Fleitas, quien ingresó a la empresa en 1994 y continúa trabajando hasta hoy en la cooperativa, contó a Agenda Pyme cómo fue el proceso de quiebra, recuperación de la empresa: «nos enteramos un viernes a la tarde, ya estábamos todos en casa, cuando nos llamaron a decirnos que la empresa había quebrado», relató. «Volvimos todos a la fábrica a quedarnos ahí por el miedo a perder el trabajo. Ahí tomamos la decisión de formar una cooperativa». Relató. «El sindicato nos contactó con Luis Caro, un abogado que nos ayudó a conformar la cooperativa».
Hoy,en medio de la pandemia, la firma con planta en el barrio de Barracas, continúa con la producción y ha extremado las medidas de seguridad: «cumplimos con todas las recomendaciones, reducimos la cantidad de personal. Los más jóvenes trabajan mientras los mayores se quedan en sus casas para poder seguir adelante cuidándonos entre todos», expresó.