La cuarentena ha puesto a buena parte de las pymes locales ante un desafío de sobrevivencia de escasos antecedentes e inciertas consecuencias. La extensión del periodo de aislamiento obligatorio promete agravar la situación.

De hecho, algunas entidades de gran poder de lobby han comenzado a insinuar, sino a exigir, el fin de la cuarentena o al menos una flexibilización de las restricciones. ¿Grieta en puerta? Puede ser. Está claro que en la respuesta juegan intereses económicos individuales, sectoriales y nacionales.

También hay algún componente moral. La pregunta es si todo el espectro empresario coincide con la visión de esas instituciones que, huelga decirlo, son las más consultadas por los medios de comunicación masivos.

Para eso hace ya varios meses  surgió el portal “agendapyme.com.ar”, con el que nos hemos propuesto darle espacio a las cámaras sectoriales de menor porte, de alta densidad pyme, que por lo general tienen visiones diferentes a aquellas instituciones. Entidades que conocen la realidad de sus asociados en vivo y en directo. Por cierto, que también tienen voz los empresarios pymes y los emprendedores.

¿Cómo se ha vivido la coronacrisis y la cuarentena, por ejemplo, en la comunidad pyme de la construcción?

“La adhesión a la cuarentena alcanza al 90% de las empresas del sector. La excepción se da en algunas firmas que el año pasado estaban construyendo hospitales y como en septiembre se les dejó de pagar abandonaron las obras. Ahora fueron convocadas de urgencia para que terminen por lo menos algunas salas, pero a alguns se les adeuda hasta $ 60 millones en certificados de obra, por lo que arrastran dificultades para pagar sueldos. Y a esto se suma que la gente no quiere ir a trabajar por el virus y faltan proveedores de materiales”, afirma Jorge Del Río, presidente de APYMECO (Asociación de Pymes de la Construcción)

El empresario constructor asegura que el sector está muy desprotegido y pide créditos a tasa cero, para afrontar sueldos; que los bancos amplíen la franja de descubiertos, así como un diferimiento  de pagos de impuestos, una reducción transitoria de cargas patronales y un aumento sustancial del porcentaje de los sueldos a cargo del Estado en los REPRO.

Sobre la extensión de la cuarentena Del Río, dice que lo importante es la salud de la población, pero que hace falta buscar alternativas para reactivar la economía. “Si las pymes desaparecen se va a complicar el panorama del empleo”, señala. 

En la industria del Juguete también hablan de un freno total en la actividad. Emmanuel Poletto, presidente de la Cámara de la Industria del Juguete, dice que el daño es grande: “Las empresas más chicas no tenían suficiente descubierto en los Bancos y tampoco acceden a las líneas  de créditos que surgieron en los últimos días, por lo que tuvieron que salir de urgencia a cubrir  cuando se rehabilito el clearing bancario”. 

“La peor situación la vamos a tener en las jugueterías que son nuestros clientes, porque en ese eslabón van a enfrentar problemas cuando se tense la cadena de pagos”, asegura el industrial juguetero, que se muestra de acuerdo en salvaguardar la vida de las personas.

¿Cuál es el panorama de la pequeña y mediana industria y comercio de la provincia de Bs. As?

Guillermo Siro, presidente de CEPBA (Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires) sostiene que nivel de adhesión ha sido muy alto y ha caído mucho la actividad de los rubros exceptuados de la cuarentena.

“Entre los que pueden trabajar los panaderos de la provincia acusan caídas en las ventas del 50%. La inflación de costos mantiene una tendencia alcista y para peor la vuelta del clearing bancario provocó un altísimo nivel de rechazos de cheques. La situación es gravísima y si no hay medidas que eviten el corte de la cadena de pagos y que los Bancos presten a menores tasas, vamos hacia una crisis jamás vista. Pero lo primero en lo que hay que pensar es en la vida y la salud de los argentinos, sin olvidar de que la fábrica y el local, es la vida de los empresarios pymes, por lo que también requieren gran atención”, dice Siro.

Por su parte desde la industria autopartista el foco de atención está puesto en la actividad de la segunda quincena de abril y en las exportaciones.

Juan Cantarella, gerente general de la Asociación de Fabricantes de Autocomponentes (AFAC), afirma que a pesar de lo poco que se trabajó, la mayoría de las empresas van a poder cumplir con los compromisos salariales de marzo: “El problema va a ser   mucho más grave en abril, porque al no haber ventas no habrá caja suficiente para pagar. Con todo, algunas empresas tienen demanda del exterior, otras de del mercado de reposición, pero hasta que no se las habilite no podrán producir y vender”.

Muy diferente por cierto es el panorama en las empresas de logística, en el que el transporte de carga es considerado servicio esencial en el Decreto de Necesidad y Urgencia, que dio origen al período de asilamiento.

Fabián Yanonne, vicepresidente de Arlog (Asociación Argentina de Logistica Empresaria), asegura que la actividad en el sector mantiene un ritmo cercano a la normalidad, salvo en algunos municipios donde rigen criterios que frenan el ingreso de ciertas cargas. “Casi el 100% de los operadores logísticos tanto en transporte como en depósitos estamos trabajando, con los debidos recaudos: se toma la temperatura a distancia a los trabajadores cuando entran a los depósitos; se les provee de guantes, barbijos y anteojos. Y aunque estoy absolutamente de acuerdo con la decisión presidencial, me pregunto si los mismos recaudos no pueden adoptar en la industria de la Construcción, para empezar a mover un sector que es clave para la actividad económica y el empleo”, explica.

En la Cámara de Comercio de Córdoba hablan de una adhesión casi total a la cuarentena, pero con muy buen nivel de ventas en los rubros autorizados a trabajar. Su presidente, José Viale, suscribe el apoyo a la extensión de la medida presidencial, pero también propone empezar a evaluar una progresiva flexibilización de la misma.

“La salud pública tiene que ser la prioridad, pero creo que debemos avanzar en moderar el confinamiento, por ejemplo, con la decisión de que la población de riesgo mantenga el aislamiento y el resto empiece a hacer vida normal”, dice Viale.

“Dadas las circunstancias los comercios que están operando están vendiendo muy bien, pero incluso para ellos las dificultades están a la orden del día. Pedimos que se inyecte dinero para pagar los sueldos, que se defina un descubierto automático para cubrir los cheques liberados y extender el vencimiento de Ganancias y Bienes Personales, entre otras medidas. Entendemos, asimismo, que los funcionarios de gobierno deberían limitar sus ingresos a lo estrictamente necesario, como se hizo en Mendoza, generando ahorros que pueden destinarse por ejemplo, a mantener viva la cadena pago”, afirma Viale

Desde el Centro Comercial de la Av. Montes de Oca (CABA), tampoco ponen en duda que la prioridad es la salud de la población, pero advierten sobre los efectos que conlleva el parate económico. “Se hace muy difícil cumplir con las obligaciones con el Estado, pagar los sueldos, los alquileres, proveedores, por lo que requerimos medidas que nos ayuden a seguir trabajando”, dice Norberto Matteo, titular del mencionado centro comercial a cielo abierto.

Para Horacio Moschetto, secretario de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), la situación es grave porque el consumo frenó de golpe, los fabricantes tuvieron que bajar las cortinas y los gastos fijos siguen corriendo. “Estamos en contacto con las autoridades de Producción y de Industria de la Nación y todos los días surgen paliativos, cuando no es el REPRO, son los créditos a tasas blandas, los diferimientos impositivos. Por ahora no hay objeciones a la cuarentena entre los empresarios del sector y no es novedad que su extensión va a traer más complicaciones, pero la situación de la pandemia en España, Italia y EEUU revela que es el camino correcto”, dice Moschetto.

En efecto lo ocurrido en otros países del mundo deja entrever la cruda naturaleza del dilema: se privilegia la emergencia sanitaria o la economía. O, dicho de otro modo, qué es lo urgente y qué lo importante, aunque en pocos días lo importante se transforme en urgente. En muchas naciones se ha optado por continuar el ritmo de actividad en medio de la expansión del virus y hasta el momento los resultados son tenebrosos.  No sólo se disparan los contadores de enfermos y muertos sino que además las economías se retraen y crujen sus sistemas de gobierno.

En Brasil, uno de los países que se ha resistido a generalizar la cuarentena, se proyectaba un crecimiento del producto para este año del 2,2%, pero la semana pasada el Banco Central de ese país, corrigió el dato a 0% y a la baja, mientras el presidente Jair Bolsonaro enfrenta la mayor crisis política de su mandato.

En la Argentina en tanto se adhirió en forma prematura a acciones preventivas de alto costo económico pero decididas de común acuerdo entre el oficialismo y el grueso de la oposición. Por supuesto que la economía se encamina a caer varios puntos y aumentarán el desempleo y la pobreza, pero hay un Estado activo y la madurez de la clase política, hacen pensar que es posible una salida menos traumática en términos económicos y humanos, aunque a un precio muy alto.

Habrá de convenirse que en medio de un incendio mal puede pensarse en el gasto del agua que se está usando para apagarlo.