Un informe presentado por el Observatorio IPA (Industriales Pymes Argentinos) revela que la economía argentina viaja a dos velocidades, con sólo cuatro sectores que lograrán salir de la recesión, en medio de una crisis de la actividad industrial, que se “acerca a un desplome en todos los indicadores, incluyendo la destrucción del empleo y el cierre de fábricas en todo el país”.
Daniel Rosato, titular de IPA, señaló que «estamos ante un escenario de pérdida de miles de Pymes industriales. A la fuerte caída del consumo que verificamos en el primer bimestre del año, que paralizó fábricas enteras ante la
pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, ahora se suma la apertura de las importaciones
de productos terminados, que no sólo integran la canasta básica, sino que se tratan de casi 3000
posiciones arancelarias que parecen ser la antesala de una política más amplia de apertura
comercial, con beneficios para las empresas extranjeras y perjuicios para las fábricas nacionales”.
El presidente de IPA insistió con el reclamo al Gobierno nacional para que “convoque a las Pymes a
reuniones de trabajo, de modo de que pueda tener de mano de las entidades representativas el
análisis y las perspectivas del sector”. “El presidente Milei y el ministro (Luis) Caputo recibieron a las grandes empresas enroladas en el Grupo de los Seis (G6). Ahora esperamos que respondan a los pedidos de audiencia que hemos hecho desde antes, incluso, de que asuma el nuevo Gobierno”, comentó Rosato.
El informe del Observatorio IPA, que encabezan los responsables de Marca PyME y la consultora
Épica, Pablo Bercovich y Martín Kalos, señaló que la actividad “en el sector manufacturero acumuló
un 1,8% de baja durante todo 2023”, pero para enero destacó que “en comparación con el mismo
mes del año anterior bajó un 12,4%”, y así “encadenó ocho meses consecutivos de decrecimiento
intermensual (desde que en may-23 subió un 1% frente a abril)”.
“La recuperación de la actividad económica en 2024 será lenta, traccionada por sectores
puntuales (agroalimentario, minero, energético e hidrocarburíferas) pero con un mercado interno
que seguirá deprimido por la pérdida de ingresos reales y empleo. Ya en enero 24 continuaron
cayendo la industria y la construcción. La apertura indiscriminada (parcial: para alimentos) de
importaciones atenta contra empresas argentinas que producen con mismos niveles de
productividad, pero con menor competitividad por la política económica de la última década. Esta
competencia desleal pone en riesgo la actividad de 14.000 productoras de alimentos”.
El informe número 3 del Observatorio IPA hizo foco en el impacto que tendrá sobre las Pymes
manufactureras la decisión del Gobierno de abrir y beneficiar impositivamente a la importación de
productos terminados. El mapa que armó la entidad señaló que, además de las 14.000 alimenticias,
serán golpeadas unas 60.000 empresas proveedoras de materia prima. “Además hay 1.800 firmas
que producen bebidas (alcohólicas y no alcohólicas); 500 que producen detergentes, jabones y
otros artículos de limpieza; y 400 que producen medicamentos”, detalló.
“Sobre este conjunto de más de 75.000 empresas, que equivalen al 15% de todas las compañías del
país, recae el riesgo de la medida que toma ahora el gobierno de Milei. En cambio, este tipo de
apertura comercial parcial no perjudica a las empresas que se dedican a la venta de alimentos, que
podrán vender ahora mercancías importadas que ingresarán con esa facilidad; y dejar de vender
alimentos producidos en Argentina, si así quisieran”, alertaron los economistas Bercovich y Kalos.
El informe detalló que, además de los beneficios impositivos para la importación, existen “r otros
factores que le restan competitividad a las empresas nacionales, incluso a las que tienen la misma
(o más) productividad que las competidoras extranjeras”. Y las enumeró: presión tributaria;
logística; sobrecargo financiero para importar insumos; y el encarecimiento de los seguros que las
compañías aseguradoras extranjeras aplicaron para las ventas a Argentina; entre otras.