Según la encuesta de uso del tiempo que realizó Grow en 2021, “las mujeres con hijos/as y con pareja sentían que su día tenía 26 horas, mientras que durante la cuarentena percibían que los días duraban 30”. Esta percepción permite observar cómo el multitasking impacta no solo en su calidad de vida sino también en sus desarrollos profesionales.
Las PYMES han sido uno de los segmentos más afectados por la pandemia, incluso cuando en muchos casos ocuparon un rol clave en la provisión de productos y servicios claves para la población. Entre los problemas que tuvo que sortear el sector se pueden mencionar la disminución de la demanda –por ejemplo en turismo– que a su vez ocasionó una baja en los ingresos, la dificultad para obtener productos importados –es el caso de industria textil y metalmecánica– debido al cierre de fronteras y la reducción de la mano de obra por las medidas de aislamiento social, entre otros (BID, 2020).
Ante esta situación, los gobiernos desarrollaron una serie de políticas públicas para apoyar a este sector y reducir el impacto negativo que estaba sufriendo. Se establecieron “moratorias tributarias, reducciones temporales en contribuciones a los sistemas de pensiones, líneas de crédito blando para pymes, así como renegociaciones o aplazamientos de términos de deudas” (BID, 2020). No obstante, estas medidas fueron importantes pero no suficientes.
En este contexto, vale mencionar que un gran porcentaje de las PYMES son dirigidas por mujeres. En Argentina, según la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) el 41,9% de ellas está liderada por mujeres (Forbes, 2021). ¿Cómo accionaron ante la crisis sanitaria que devino en económica?
Estrategias para afrontar la crisis económica
Según un relevamiento realizado por el sector de Mujeres Empresarias de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (MECAME), el 22% de las respondientes indicó que como consecuencia de la pandemia tuvo que cerrar su empresa/emprendimiento de forma permanente. Entre quienes continuaron, el 52% tuvo que reconvertirse para poder subsistir. En este caso, optaron por adoptar una modalidad virtual (44,1%), cambiar de actividad (16,1%) e incorporar nuevos productos o servicios (8,6%), entre otras estrategias (REDCAME).
Quienes perdieron sus fuentes de ingresos y quienes lograron mantenerlas adaptándose a la situación, lo hicieron en un contexto de “pobreza de tiempo”. Esto es, con menos horas para dedicarle al trabajo debido a un incremento sustancial en las tareas de cuidado ante el cierre de las escuelas y las medidas de aislamiento que suspendieron las redes que hasta entonces permitían tercerizar y/o distribuir el cuidado. Según la encuesta de uso del tiempo que realizó Grow en 2021, “las mujeres con hijos/as y con pareja sentían que su día tenía 26 horas, mientras que durante la cuarentena percibían que los días duraban 30”. Esta percepción permite observar cómo el multitasking impacta no solo en su calidad de vida sino también en sus desarrollos profesionales. En este sentido, un 80% de las mujeres encuestadas por MECAME indicó que tuvo que ceder horas de trabajo y/o atención a la empresa.
Según un análisis de Grow, consultora especializada en Género y Trabajo «para afrontar una nueva normalidad más justa e igualitaria es necesario contemplar las particularidades de los y las trabajadoras. Esto implica entender que las crisis tienen efectos diferenciales según el género y que las políticas públicas y empresariales deben acompañar estas diferencias. Asimismo, resulta fundamental que todas las instituciones sociales promuevan la corresponsabilidad en los cuidados para que las mujeres tengan las mismas posibilidades de acceso y desarrollo en el mundo laboral.