De acuerdo a la Encuesta sobre Investigación & Desarrollo del Sector Empresario Argentino (ESID) de 2020, presentados por la Dirección Nacional de Información Científica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), la inversión en investigación clínica creció en 2020 un 16% respecto del año anterior. En total, se registró una inversión de $19.266 millones de pesos, que representan el 35,6% del total de inversión en I+D del sector empresario, 3.8 puntos porcentuales más que en 2019.
El contexto provocado por la pandemia originó dinámicas diferentes en las actividades de I+D de los sectores productivos. Sin embargo, las empresas dedicadas a la investigación clínica se enfocaron en estudios relacionados con el COVID-19, sin desatender investigaciones en curso vinculadas a otras patologías , al tiempo que retrasaron el inicio de otros estudios.
“Ni la pandemia ni el confinamiento lograron mermar los esfuerzos locales por estudiar la seguridad y eficacia de potenciales nuevos y mejores medicamentos, vacunas y dispositivos médicos. Afortunadamente, por el esfuerzo mancomunado de mucha gente y la convicción de nuestra autoridad regulatoria, la ANMAT, la investigación clínica viene en un persistente crecimiento en nuestro país”, sostuvo la Dra. Susana Baldini, directora médica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME), que reúne a los laboratorios farmacéuticos de innovación.
El relevamiento del ESID es amplio y abarca a unas 2 mil empresas, incluyendo todas las firmas identificadas que realizan I+D. En lo que respecta específicamente a la investigación clínica, sobre 53 empresas identificadas que desarrollaron estudios clínicos en 2020, 27 de ellas concentraron el 92% de la inversión y son las asociadas a CAEME y a la Cámara Argentina de Organizaciones de Investigación Clínica (CAOIC).
“El principal beneficiado de que se estudien aquí más potenciales terapias es el paciente, quien podrá -por ejemplo- acceder antes a medicamentos que tal vez puedan ayudarle a controlar mejor su enfermedad, al tiempo que recibe cuidados médicos de calidad y un seguimiento personalizado,”, agregó Karina De Lazzari, presidente de CAOIC.
Asimismo, al tratarse de una exportación de servicios, genera ingresos genuinos de divisas, porque el 90,6% de la inversión para llevar a cabo los estudios clínicos proviene de las casas matrices de los laboratorios farmacéuticos internacionales (10 veces más que en otros sectores, donde la inversión externa solo representa el 8,2%).
“La realización de estudios clínicos, por lo tanto, constituye una exportación concreta y sostenida de servicios, lo que la convierte en una de las áreas productivas más pujantes de la economía del conocimiento en Argentina”, detalló Baldini.
Otro beneficio de que se realice investigación clínica en Argentina, pero que no fue medido en este relevamiento, consiste en que su desarrollo capacita en metodologías de investigación de vanguardia a profesionales de salud y a otros involucrados que participan de los protocolos, dado que para que el estudio internacional tenga validez debe regirse por idénticos estándares y procesos en todos los países.
Más estudios clínicos en el interior
Respecto de la distribución geográfica de la inversión en investigación clínica, el estudio evidenció que todavía se observa una marcada concentración en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (67,7%), seguida por la provincia de Buenos Aires (10,9%), Córdoba (6,6%), Santa Fe (6,3%), Tucumán (2,9%) y Mendoza (1,8%) y el resto se divide entre las demás provincias.
“Este punto nos pone frente a la oportunidad de promover una mayor federalización de esta actividad, fundamentalmente porque contamos con profesionales y centros de salud absolutamente preparados”, sostuvo De Lazzari.
A nivel mundial, la industria farmacéutica invierte cada año más de 189 mil millones de dólares en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, vacunas y dispositivos médicos. Ante cada estudio clínico internacional, el laboratorio patrocinador se plantea en qué países y centros de investigación llevarlo adelante, y evalúa criterios como la infraestructura científica, las capacidades para desarrollar estudios clínicos, el marco regulatorio, funcionamiento de comités de ética, el respeto a la propiedad intelectual y el sistema de acceso al mercado. Alrededor del 80% de los ensayos clínicos del mundo se realizan en Estados Unidos, Europa y Japón. Para completar el porcentaje restante, Argentina compite con países de la región y del mundo para ser elegida como destino de inversión.
En 2020, las empresas de CAEME y CAOIC realizaron 127 estudios de farmacología clínica de investigación y desarrollo a la ANMAT, de estos, 15 de los cuales fueron relacionados con COVID-19.