La Pinocha Chocolates fue fundada en 1995 en Mar de Las Pampas por dos amigas: Julia y Ana María – una médica y una maestra -, que empezaron a atender un pequeño local junto a sus maridos.
«Arrancaron con una inversión inicial de u$s 6.000. El primer local era solo chocolatería y tiempo después se anexó la cafetería por pedido del público», cuenta Emiliano Baratz, gerente comercial y segunda generación al frente del negocio.
Hace unos años, nos sumamos los hijos de los fundadores y decidimos crecer a partir de franquicias.
Esto nos permitió una rápida expansión que nos lleva hoy a tener 13 franquicias y 7 zonas virtuales (franquicias que funcionan en tiendas electrónicas, sin necesidad de contar con un local a la calle). Hoy tenemos locales en Villa Gesell, AMBA, ciudad de Santa Fe y franquicias virtuales que nos permitieron rearmar el negocio en medio de la crisis de la pandemia», comenta Baratz.
«Algunos locales franquiciados tienen buena facturación pero que a su vez afrontan alquileres muy altos y tenemos franquicias de facturación intermedia pero con locales de costos moderados que les permiten una óptima rentabilidad. Proponemos un negocio con un recupero total de la inversión ($3,5 millones de pesos aproximadamente) entre el mes 16 y el 24. El total del contrato es por 60 meses», detalla el emprendedor.
La clave del negocio es que «los dueños pasamos por todas las etapas : desde atender el mostrador, limpiar un local, manejar proveedores hastahacer chocolate para entender los procesos en un 100%», afirma y destaca que próximamente abrirán dos nuevos locales (uno en Caballito y otro en San Isidro), y tienen una lista de espera de franquiciados.