Por: Gabriela Ensinck
La brecha en los ingresos entre varones y mujeres es conocida, pero existen pocos relevamientos sobre las diferencias patrimoniales por cuestiones de género. Un informe del Centro de Economía y Política Argentina (CEPA) publicado a fines de 2020 arroja algo de luz.
El trabajo, publicado por los economistas Hernán Lechter y Julia Strada, destaca que las mujeres perciben, en
promedio, un salario 23% más bajo que los varones, sobre datos de 2019 en empleos del sector privado formal. Además, un 28% del total de mujeres se encuentra en el segmento de menores ingresos (desde 0 a $20.000), mientras que en los varones este segmento representa un 22 %. Y a medida que los ingresos son más altos, hay menos presencia femenina.
En cuanto al patrimonio, según datos de Afip, sólo el 36% de las mujeres tributa el impuesto a los bienes personales, mientras que el 66% de los contribuyentes son varones. Además el valor de sus bienes es más bajo que el declarado por los varones.
Si bien la cantidad de mujeres que tributan Bienes Personales creció al 3% anual acumulativo entre 2009 y 2018, el valor de sus patrimonios sobre el total de los bienes declarados creció al 1,5% acumulativo en igual período.
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La actividad más relevante entre los varones de mayor patrimonio es agricultura, donde el 9,5% de quienes aportan declaran ese rubro, mientras que en mujeres esa magnitud es solo de 3,67%. Por otro lado, los varones más ricos tienen entre sus actividades relevantes
la industria ( 2,41% pertenecen a ese rubro), la construcción (1,25%) y transporte (3,49%), mientras que en las mujeres esa participación es de sólo 0,9% en industria, 0,25% en construcción y 1,16% en transporte.
En cuanto a actividades típicamente feminizadas, un 9,17% de las mujeres con mayor patrimonio se dedica al sector salud, mientras que en los varones ese porcentaje es de 6,38%,
En definitiva, la feminización de la pobreza tiene su contrapartida en la masculinización de la riqueza en una sociedad donde el 10% de la población con más ingresos está compuesto en un 62% por varones, mientras que el 10% con menos ingresos está compuesto en casi 70% por mujeres.