El programa “En Nuestras Manos” fue anunciado por la primera dama Fabiola Yañez junto al ministro Luis Basterra. La convocatoria promueve la presentación de proyectos que contribuyan a la disminución de las brechas de género, en términos de ingreso y acceso a la tecnología en el ámbito rural.
En el marco del plan “En Nuestras Manos”, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación abrió la convocatoria para la presentación de proyectos que recibirá $600 millones para revertir las desigualdades en términos de recursos, ingreso y patrimonio, que enfrentan las mujeres rurales y que se han visto agudizadas en el contexto de la crisis desatada por la pandemia.
El objetivo es mejorar las condiciones de producción, el agregado de valor y el acceso al mercado de las mujeres productoras de alimentos de todo el territorio nacional.
Todas aquellas que desean inscribirse podrán hacerlo entre 20 de octubre y el 30 de noviembre. La convocatoria promueve la presentación de proyectos llevados adelante por mujeres de la agricultura familiar, campesina e indígena, nucleadas en organizaciones, comunidades o grupos asociativos con inscripción en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar (RENAF), que contribuyan a la disminución de las brechas de género, en términos de ingreso y acceso a la tecnología en el ámbito rural.
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En todos los casos, las destinatarias deberán residir en el ámbito rural y los proyectos podrán ser presentados a través del INTA, la SAFCI, unidades ejecutoras provinciales del Programa de Inserción Económica de los Productores Familiares del Norte Argentino (PROCANOR), u organismo provincial competente, los ministerios de Producción o de Agro o por medio de las organizaciones formales del sector (asociaciones, cooperativas u otras personerías jurídicas con matrícula habilitante), según informó el Ministerio.
La ventanilla de recepción formal de los proyectos será única y estará en la página web del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
Se distinguen tres líneas de financiamiento que apuntan, en primer lugar, a la incorporación de tecnología, maquinaria y equipo para mejorar la productividad y la generación de ingresos; en segundo lugar, a la asistencia para proyectos ya financiados que fueron afectados por la pandemia para contribuir a su sostenibilidad; y tercero, a la creación de unidades de producción agroecológica, en lugares rurales de contención de mujeres en situación de violencia por motivos de género, como fuente de ingresos para las refugiadas.
En esta primera fase se priorizarán la cadena avícola, la ganadería de animales menores, la pesca artesanal, la siembra de cereales y el sector lácteo. La equidad en la distribución territorial y la participación mayoritaria de mujeres en las cooperativas y asociaciones serán algunos de los criterios que se considerarán para su selección.