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Investigadoras del Inta crearon el “mejor invento latinoamericano”

Se trata de un “kit para la investigación y tratamiento del Rotavirus”, desarrollado por un grupo de científicas del Inta.

El “mejor invento latinoamericano” del 2018 fue un desarrollo argentino, del INTA y el Conicet. Se trata de un Kit para la detección y el tratamiento del «Rotavirus”, causante de diarreas potencialmente mortales en animales y niños.

El kit fue creado por un equipo de 14 profesionales liderado por la bioquímica Viviana Parreño, que recibió el primer premio en el Concurso de Inventos Patentados del Prosur, y una mención especial a la “Mujer Inventora”.

Entre los criterios de premiación, se tuvo en cuenta su potencial impacto social, ambiental, económico, las posibilidades de internacionalización y su enfoque de género.

El rotavirus es un agente viral que produce una infección intestinal (gastroenteritis), causante de diarrea grave en niños menores de cinco años. Su síntoma más frecuente es la deshidratación, y también afecta a especies productivas como terneras, potrillos y camélidos.

“Es un virus muy contagioso, tanto como nuestro entusiasmo cuando encontramos una molécula que lo inhibía, y nos dimos cuenta de que se podían prevenir las diarreas infantiles”, cuenta Celina Vega, bióloga integrante del grupo investigador.

En este desarrollo, el equipo trabajó con anticuerpos monoclonales (descubiertos por el Nobel argentino César Milstein), y su hallazgo fue protegido mediante una patente.

Por ahora, los kits de diagnóstico se producen en el INTA para proveer al Instituto Malbrán. “Más adelante, la idea es licenciar la patente para que un laboratorio los produzca a escala para exportar”, destaca Gisela Marcopido,una de las veterinarias del grupo.

Actualmente están desarrollando una vaca transgénica que brinde leche con estos anticuerpos. El objetivo es que al tomarla, los niños queden protegidos contra el virus.

Pero no todas son rosas en el camino de este equipo de las investigadoras. “Me costó, como veterinaria, poder dedicarme a animales de producción”, confiesa Marina Bok, otra de las investigadoras. “Mis compañeros y profesores me recomendaban que trabaje con mascotas, y no con camélidos en el Norte. ¿Cómo vas a voltear una llama que pesa 150 kilos”?, me preguntaban, hasta que les demostré que, con un juego de sogas, se podía”, relata.

También se siente la baja del presupuesto para Ciencia. El proyecto subsistió en los últimos tres años porque al ser una investigacioń de alcance internacional, llegaban fondos de afuera. “Recién este año se están cobrando partidas de 2016, con precios de entonces…”, confiesan las investigadoras.

 

(Fragmento de la nota “Inventos ARgentinos” publicada en la revista Pymes junio 2019)

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