La Fundación Instituto Leloir (FIL), en la que se desempeñan 90 becarios, 23 jefes de laboratorio y 60 investigadores asociados del CONICET, relanzó su Centro de Desarrollo Biotecnológico (CeDeBio) para impulsar la transformación de ideas en proyectos hasta materializarlos en bioempresas competitivas.
Se trata de un espacio de 740 metros cuadrados que cuenta con laboratorios, áreas de ambiente controlado, sala de conferencias, oficinas y brinda acceso a la infraestructura, el equipamiento y a las redes de conocimiento y plataformas tecnológicas que funcionan en la FIL, fundación con la que el CONICET firmó un convenio en 1983 para dar origen a la Unidad Ejecutora de Doble Dependencia denominada Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-FIL).
El relanzamiento de CeDeBio – administrado por Inis Biotech, la oficina de vinculación y transferencia tecnológica de la FIL – se da en un contexto días después de que se presentaran los resultados del Primer Censo Argentino de Empresas de Nano y Biotecnología que reveló que en el país existen 340 compañías biotecnológicas, 140 de ellas startups creadas a partir de 2015, que durante 2022 facturaron más de 1.300 millones de dólares y generaron casi 20 mil puestos de trabajo.
Según explicaron sus mentores, el CeDeBio busca nutrir startups en estadio temprano para lograr su máximo potencial. En ese camino aspiran a establecer redes con instituciones de investigación, empresas del sector farmacéutico y biotecnológico, locales e internacionales, y con el sector público de ciencia y tecnología. Estiman que el período óptimo de incubación de las empresas es de dos años, con un máximo de tres.
Fuente: Conicet
Escuchá la columna de Gabi Ensinck