El arándano argentino busca consolidarse en el mercado interno: alta demanda y una campaña para competir con las golosinas.
El sector arandanero argentino comenzó hace pocas semanas la cosecha de fruta primicia, destinada tanto al mercado interno como a la exportación. Así lo confirmó Jorge Pazos, presidente de la Cámara de Exportadores de Arándanos de Argentina, en declaraciones a Agenda Pyme, donde trazó un panorama mixto sobre la actualidad del rubro.
“El sector está amesetado, no estamos creciendo, tampoco está decreciendo, pero no es una buena señal”, reconoció Pazos, al tiempo que valoró el impacto de la campaña “Mejor con Arándanos”, que permitió consolidar la fruta en góndolas locales como una alternativa de estación.
“El arándano es una fruta propiamente de primavera a verano”, explicó el dirigente, y destacó que “hoy por hoy podemos decir que promover el consumo hizo que el mercado interno pasara a ser el segundo destino de la fruta argentina”. Según Pazos, los principales centros urbanos del país consumen entre 3 y 4 millones de kilos por temporada, lo que refleja una “alta demanda y aceptación del público”.
Más allá de los desafíos productivos, Pazos subrayó que el arándano compite directamente con productos tradicionales del consumo masivo: “Nuestra competencia es contra los alfajores, las golosinas y los azúcares. El arándano es comer salud, comer algo natural”.
La consolidación del mercado interno aparece como una estrategia clave para sostener al sector en un contexto de estancamiento. Mientras tanto, los exportadores siguen apostando por posicionar la fruta en mercados internacionales, con foco en calidad y estacionalidad.
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