Además de la caída en el Turismo y la industria textil, dos actividades clave para la economía, las exportaciones y el empleo en Mar del Plata y la costa Atlántica están en riesgo: la industria naval y la pesquera. Para conocer la situación real de ambos sectores, en Agenda Pyme radio dialogamos con Domingo Contessi, vicepresidente Cámara de la Industria Naval y empresario pesquero .
“Estamos en una situación gravísima. Hace muchos años no se vivía algo así. En este momento hay 113 buques congeladores parados, dedicados a la pesca de langostinos, que ha sido el recurso estrella durante los últimos años.Hoy esos buques no pueden salir a la mar porque no dan los números y les están pidiendo a los sindicatos una rebaja de 30% en algunos valores de la producción para poder comenzar una temporada que debió empezar el 15 de marzo, dura 7 meses y ya llevamos 4 perdidos”, describió Contessi.
“Estos buques exportaban unos 600 millones de dólares al año y que la cifra al día de hoy es de cero”
“En Mar del Plata, todos los días cierra una planta de pescado, un frigorífico o queda un barco fresquero parado. Hoy la flota fresquera de Mar del Plata está trabajando un 20 o 25% a pérdida. Un barco fresquero que tiene 3 mil cajones y que pesca merluza, sale a pescar, factura 75 millones de pesos y tiene 90 millones de gastos. El precio del pescado en el cajón es hoy $ 650 el kilo, exactamente el mismo que en diciembre de 2023, con toda la devaluación y la inflación que hubo”.
En cuanto a la desregulación que impulsa el gobierno, «afecta gravemente a la industria naval pero no a la industria pesquera. La pesca tiene el problema contrario: no le llegó ninguna medida de desregulación que le permita bajar costos’”. Pese a ser el quinto sector exportador que aporta más de 2 mil millones de dólares anuales en divisas, la pesca está olvidada. Y en este contexto en el que se pierde plata, nadie quiere hacer un barco nuevo”
“Antes teníamos más de 15 clientes en cartera esperando para construir nuevos barcos y las últimas 5 botadura que hicimos, liberamos grada y no pudimos reponer quilla para darle continuidad a nuestra actividad”, señaló.
Nosotros hemos botado 152 buques, de los cuales 147 son pesqueros. Estamos muy identificados con la industria pesquera. Tendremos que reconvertirnos o buscar otros rumbos, porque a partir de octubre de este año cuando entregue los últimos tres barcos que tengo en construcción, me quedo sin trabajo para mí , las 100 personas que trabajan en mi empresa y otros 400 proveedores”
Ante la autorización gubernamental de importar barcos usados, Contessi señaló: «había una lista de bienes terminados que no se podían importar y ahora sí se pueden. Pero el impacto es relativo porque nadie piensa en construir un barco nuevo ni importar uno usado. Salvo que alguno quede inoperativo por fuerza mayor, y el armador no va a hacer una inversión de 10 o 20 millones de dólares, cuando pude traer un usado por 400 mil».
El riesgo más importante (de importar barcos usados) es de seguridad. Porque no están construídos para nuestro calado ni para cumplir con las normativas locales. Son barcos que descartan otros países que tienen leyes de vida útil máximas que lo obligan a desguazar.
La pesca emplea en todo el país a más de 46 mil personas en forma directa en Mar del Plata y toda la Patagonia
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