Por Walter Caricato, Enterprise Achitect at Ingenia
En un mundo cada vez más atravesado por lo digital, la transformación tecnológica dejó de ser un asunto exclusivo de grandes empresas. Las PyMEs, que representan más del 90% del entramado productivo en América, enfrentan hoy un desafío clave: adaptarse o quedar relegadas. Aunque muchas ya comenzaron a incorporar herramientas digitales, el camino hacia una digitalización estratégica todavía es desigual.
Durante los últimos años, impulsadas por la pandemia, se multiplicó el uso de plataformas de e-commerce, herramientas colaborativas y sistemas de gestión. Sin embargo, estos avances suelen ser puntuales, más tácticos, y no siempre forman parte de una planificación estratégica que guíe el crecimiento del negocio, con una visión a largo plazo.
Las barreras más comunes son la falta de recursos, la escasez de personal capacitado y el desconocimiento sobre las tecnologías disponibles. También influye la propia cultura de la organización. Pero las PyMEs tienen ventajas propias: mayor cercanía con los clientes, flexibilidad y capacidad de adaptación. Estas fortalezas pueden ser clave si se abordan procesos de digitalización con una mirada estratégica.
Hoy, digitalizarse no implica grandes inversiones tecnológicas. Existen herramientas accesibles, muchas con versiones gratuitas o de bajo costo, que permiten automatizar tareas, ordenar la información o incorporar inteligencia artificial. Esta última, que hasta hace poco parecía lejana, se volvió una aliada concreta. Desde asistentes virtuales hasta algoritmos que predicen demanda o mejoran procesos productivos, la IA ya está impactando en pequeñas y medianas empresas.
Las herramientas disponibles no son universales. Una empresa de servicios puede aprovechar plataformas para generar contenido o gestionar proyectos. En cambio, una PyME industrial tal vez necesite un sistema de mantenimiento predictivo. Lo importante no es cuán avanzada sea la tecnología, sino cuánto valor aporta al negocio.
La visión estratégica también debe poner foco en otro eje central, el humano. Digitalizar no es solo incorporar tecnología, también es transformar la cultura organizacional. Las empresas que logran avanzar son las que apuestan por la capacitación, promueven la apertura al cambio y arman equipos con habilidades diversas. El entorno actual exige nuevas capacidades que habiliten a las organizaciones a adoptar estos cambios tecnológicos.
En Argentina, ya hay empresas acompañando a PyMEs en este camino. Ingenia, a pronto de cumplir 10 años, por ejemplo, desarrolla soluciones tecnológicas a medida con foco en automatización, escalabilidad y experiencia de usuario. Lo hace entendiendo que cada organización tiene su ritmo, sus desafíos, su potencial y un plan estratégico que debe guiar estos cambios.
La digitalización no es una meta, es un proceso. Para las PyMEs, representa una oportunidad concreta de crecer, innovar y competir en mejores condiciones. Aprovecharla no sólo es clave para la productividad: también las prepara para un futuro donde la única constante es el cambio.
Un comentario
Soluciones tecnológicas a medida y con ajustes periódicos, es lo que necesita una Pymes !
Lamentablemente muchas son atrapadas con soluciones enlatadas que tratan de adaptar y nunca llevan al objetivo
Muy claros los conceptos de este artículo