Mientras en Diputados se debatía por los Fondos Reservados de la SIDE, el Gobierno confirmaba el congelamiento de los recursos para Tecnología y Ciencia.
Las cifras mandan. Y son inapelables. Es que, a pesar de ser números definen la política, y más aún lo que para un gobierno es, o no, prioridad.
Ahí, las cifras devienen en definiciones políticas y en caminos a tomar.
En medio de una disputa interna entre aliados del macrismo y La Libertad Avanza, ayer, miércoles, la Cámara de Diputados rechazó el DNU con el cuál el Gobierno habilitaba fondos reservados a la “nueva” SIDE (muy parecida a la de los 90), por cien mil millones de pesos.
Si el Senado lo valida, el Gobierno tendrá que ver cómo va instrumentar los mecanismos para devolver el 80% de esa cifra, que (sin consultar al Congreso) le transfirió al organismo de inteligencia.
Esos 80 mil millones equivalen a algo más del total de los fondos que el Gobierno le quitó al sector científico y tecnológico, en forma de programas.
Periferia dialogó con Nicolás Lavagnino, investigador del CONICET y Director del Grupo de Economía, Política y Ciencia (EPC), en el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI), quien explicó que todos los programas que estaban activos desde la gestión anterior y que fueron paralizados por la administración de Javier Milei suman 72.291 millones (de los cuáles se ejecutaron 2.097 al 31 de julio).
Es decir que, los 80 mil millones que la gestión libertaria ya le transfirió sin pestañear, sin aval legislativo y vociferando austeridad a todos los demás sectores de la sociedad, equivalen a algo más de lo que le quitó a un área que cualquier país con pretensiones de desarrollarse no descuidaría.
En Ciencia y Tecnología dicen que “no hay fondos”
Justamente, esta semana, la presidenta de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) de la Secretaria de Ciencia de la Nación, Alicia Caballero, en una reunión con autoridades de las universidades nacionales del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) habló de este recorte de fondos.
Caballero aseguró que no se abrirán nuevas convocatorias a proyectos de investigación científica a lo largo de 2024 “porque no tenemos fondos”.
La “Agencia”, como se la llama entre los investigadores, es el órgano encargado de gestionar proyectos científico-tecnológicos que puedan brindar soluciones innovadoras a la actividad productiva en diversas áreas como energía, software, economía del conocimiento, salud, ambiente y pymes, entre otras áreas.
Se trata de un área clave que administra fondos con un objetivo sectorial destinado a articular la actividad científica con la productiva.
Es decir, articula la variedad de la investigación que se realiza en los 330 institutos del CONICET y en las universidades para responder a demandas concretas de la industria, con foco en la innovación, el agregado de valor y la generación de conocimiento.
Durante una reunión con representantes del área de Ciencia y Tecnología de las universidades nacionales, Caballero aseguró que “sólo vamos a pagar lo que ya está firmado“, es decir que sostendrán los fondos asignados hasta diciembre de 2023,
¿Sin fondos o Sin voluntad política?
En el encuentro, Caballero, confirmó que los llamados PICT (Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica) cláusula MPV “es válida pero no se va a cumplir por falta de fondos”.
La administración de Javier Milei, confirmó de esta manera que “este año no habrá ninguna convocatoria porque no tenemos fondos”.
Caballero le manifestó a los referentes de las universidades, que ofrecen los fondos de la Agencia a investigadores de las universidades nacionales, que “los PICT son muchos”, que “los becarios crecieron muchísimo” y que “vamos a revisar todo”.
Claro que, en un contexto en el cuál entrega los mismos fondos que le quita a Ciencia y Tecnología a un organismo estatal que históricamente usó la inteligencia para espiar opositores y periodistas con el fin de armar causas y carpetazos, se redefine el “no hay plata”.
Hoy, el sector científico y las universidades están atravesado una de las peores crisis de su historia, por falta de fondos.
Las universidades tienen al 95% de la planta de docentes y no docentes al borde de la línea de la pobreza; los 17 organismos científicos tienen parálisis presupuestaria y abundan los despidos en el CONICET, el INTI, el INTA y otros organismos; y, además, ya hay un 30% de investigadores en plan de irse a investigar a otros países.
Mientras, los funcionarios del sector acusan sequía de recursos para áreas que cualquier país en vías de desarrollo consideraría “estratégicas”, generando parálisis de proyectos como reactores nucleares (el caso del CAREM y el RA10 de la CNEA) o falta de reactivos para laboratorios, mientras el Gobierno insiste en otorgar esos mismos fondos sin justificar a un organismo que usó históricamente la “inteligencia” para perseguir opositores.
FIN.
Por Eduardo Porto.
Vía: Periferia