En épocas donde los formatos de compra son cada vez más diversos y las plataformas se multiplican, contar con soluciones que automaticen y aceleren los procesos de evaluación crediticia resulta crítica. Para alcanzar la eficiencia en los picos de ventas estacionales, las organizaciones necesitan contar con herramientas que les permitan dominar los puntos álgidos que involucran este tipo de acciones.
El principal desafío se aloja en el sector que integran las empresas financieras, dada la potencial escalabilidad de las solicitudes crediticias.
En relación al reciente lanzamiento de líneas de créditos hipotecarios en Argentina, en solo las tres primeras semanas de mayo, se contabilizaron más de 250.000 consultas. En paralelo, según la CACE, el comercio electrónico registró un crecimiento del 300% en su facturación solo en lo que va del 2024 y, dentro de este contexto, la financiación fue un factor clave para el éxito de acciones como el último Hot Sale donde un 75% de los usuarios eligieron pagar con tarjetas de crédito.
Las peticiones pueden superar la capacidad de las empresas para analizar perfiles de posibles candidatos, lo que representa un reto a superar con éxito.
Por otra parte, dada la premura de no perder clientes, puede suceder que no se realice un análisis puntual sobre cada candidato, lo que podría representar pérdidas si aquellos que se convierten en deudores o morosos no cumplen con ciertos requisitos que, a la larga, implican no recuperar ese dinero.
Las instituciones financieras se encuentran en medio de una transformación digital. Esta convergencia ha sido especialmente evidente en la automatización de procesos de evaluación crediticia, donde la tecnología desempeña un papel crucial.
En este sentido, los motores de decisiones resultan una pieza clave a la solución de este problema. Al automatizar los procesos críticos, es posible agilizar el análisis de las personas de acuerdo a los filtros establecidos por las propias compañías que otorgan créditos (bancos, Fintech, neobancos, retails, y financieras de todo tipo), seleccionando en segundos a aquellos clientes que cumplan con las políticas definidas por cada empresa. Estos servicios, además, permiten que la aprobación o rechazo suceda sin comprometer o interrumpir la venta, por estar alojados en la nube.
Este tipo de tecnología es intuitiva y los usuarios, que son por lo general personas del área de Riesgos, Crédito o Innovación, no requieren conocimientos en programación para su implementación.
De esta manera, tanto las empresas como los clientes pueden beneficiarse de respuestas más rápidas y opciones de compra ampliadas y personalizadas, para aprovechar, ya sean descuentos u ofertas como los que se habilitan en fechas clave relacionadas con propuestas comerciales (Hot Sale, Día del Padre, Día de la Madre, Navidad, entre otras), así como con campañas más estructurales que impulsan las consultas.
“La creciente demanda de este formato de acciones promocionales -tanto en el online como en tiendas físicas – exige del mercado soluciones que les permitan procesar de manera eficiente y en tiempo real un alto volumen de solicitudes de créditos o productos financieros, al mismo tiempo que les brinden seguridad a las operaciones que se concreten.”
Esto se traduce en una alta disponibilidad y rendimiento óptimo, asegurando que las aplicaciones y servicios continúen operando eficientemente bajo cargas extremas y variables. Para las empresas financieras, esto significa reducir los costos operativos, ya que solo se paga por el uso real de los recursos, y minimizar el tiempo de posible downtime o ralentizaciones, mejorando así la experiencia del cliente y la competitividad en el mercado.
Las soluciones basadas en la nube también brindan un mayor respaldo de la información y escalabilidad, lo que resulta fundamental, ya que los servicios no corren peligro de ser interrumpidos. Este es un asunto vital en fechas especiales que implican altos volúmenes de solicitudes en poco tiempo, ya que en caso de no contar con un sistema de automatización alojado en la nube, podrían afectar o colapsar los sistemas que estén solo preparados para un promedio determinado de requerimientos diarios.
El desafío radica en adelantarse varios pasos y, de la mano de la transformación tecnológica, alcanzar los objetivos comerciales y a la vez favorecer el acceso al crédito en contextos económicos desafiantes.