El derrumbe del poder adquisitivo, sumado a tipo de cambio atrasado respecto de la inflación y la suba de costos e impuestos resultan una tormenta perfecta para toda la actividad turística y los hoteles de 4 y 5 estrellas no son la excepción. Según datos de la AHT (Asociación de Hoteles de Turismo), la ocupación en esos establecimientos cayó 15% interanual, mientras las tarifas de la energía eléctrica, al gas y al agua (servicios de alto consumo en la actividad hotelera), se incrementaron en un 300% promedio.
«El gas natural subió 250% a nivel nacional. Las boletas de agua se incrementaron un (209%) en AMBAy el suministro eléctrico se incrementó del 290%», detalló María Gabriela Ferrucci, presidenta de la AHT.
En tanto, los costos laborales se incrementaron junto con los impuestos provinciales (la actividad tributa un 4% de ingresos brutos en contraste con la industria que tributa el 1.5%),s umado a que estos tributos se pagan también sobre las comisiones que cobran las OTAs (sitios de reserva online como Booking.com o Despegar).
En este contexto, reducir los costos energéticos y el desperdicio de materiales mediante acciones de sustentabilidad se convierte en una estrategia de supervivencia y diferenciación frente a viajeros que buscan cada vez más reducir su impacto ambiental y valoran el cuidado de la naturaleza y los recursos.
En este sentido la AHT implementó el programa de certificación para alojamientos turísticos Hoteles Más Verdes, que hoy cuenta con 176 alojamientos certificados en más de 60 destinos del país. A partir de mejorar su eficiencia energética, acciones de economía circular y de inclusión laboral, los hoteles logran diferenciarse aún en un contexto de crisis económica como el actual.