l presidente de la Cámara Industrial de Manufactura del Cuero y Afines (CIMA), Rubén Pallone dialogó con Nino Fernández por Agenda Pyme sobre la situación del sector, el impacto de la reciente devaluación y las medidas tomadas por el gobierno como el otorgamiento de un Bono de $ 60 mil para trabajadores.
«Hemos tenido un par de años muy buenos, pero el impacto de las situaciones económicas generó un amesetamiento de la demanda. Las ventas empezaron a retraerse cayeron un 25%. Nuestro sector requiere una mano de obra calificada. Había demanda, pero empezó a mermar», comentó., pero aclaró que «dessprenderse del personal, que cuesta tanto prepararlo, es el último recurso de un empresario Pyme».
La situación a la que se llegó en 2001, cuando las empresas debieron deshacerse de personal «costó mucho resolverla y de hecho, nunca se resolvió del todo. Porque hasta hoy tenemos generaciones de trabajadores que no fueron capacitados en plata, que es lo natural. Lo hemos resuelto en parte a través de sistemas de capacitación de la Cámara, pero lleva mucho tiempo formar personal», señaló.
Respecto del bono de suma fija (en dos cuotas de # 30.000) dispuesto por el gobierno «en nuestra cámara no hay demasiada resistencia porque hay conciencia de la necesidad de darlo. Más allá de las capacidades y posibilidades de cada empresario, hay conciencia de que el poder adquisitivo es bajo y eso nos impacta a nosotros, los que vivimos del mercado interno», sostuvo.
En cuanto al precio del cuero, principal insumo de esta industria, Pallone señaló: «hay una relación directa entre el excedente de exportación del cuero salado (sin valor agregado) y el precio en el mercado interno. El año pasado se exportó cuero sin ningún valor agregado por casi el 50% de la faena. Eso es mucho e impactó en el aumento del precio y la calidad, porque los mejores cueros se exportan.
«Esto se decide en las primeras etapas de producción. Y es la misma vieja discusión de si exportar materias primas o productos con valor agregado. Es una discusión política y tiene que ver con hasta donde el Estado tiene que participar en la vida económica. Y la realidad es que cuando el Estado se retira, el país se pierde, porque cada sector económico toma decisiones en su propio beneficio y en detrimento del bienestar general. Ahí es donde el Estado tiene que tomar decisiones. Hoy está en boga el discurso de retirar el Estado de la Economía, y cada vez que esto ocurrió el país entró en una espiral de decadencia», señaló el directivo de CIMA.
«Creo que el país está ante una oportunidad histórica de despegar. Tenemos alimentos, energía, minerales. El problema es si somos capaces de utilizarlos como palanca para el desarrollo de nuestra propia industria o si sequimos exportándolos como salen de la tierra para que lo procesen en otro lado. Le pido a los próximos gobernantes que tengan la decisión política de plantarse ante los intereses sectoriales, internacionales a veces, y privilegiar los intereses del país. Tenemos una oportunidad muy importante de desarrollo y sería muy triste que la desperdiciemos».
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