El ingeniero Luciano Galfione, presidente de Fundación ProTejer, entidad que agrupa a empresas e instituciones de la cadena Textil, dialogó con Nino Fernández en Agenda Pyme Radio. Brindó un panorama de la produccińo y las ventas en el sector, y desmitificó algunas cuestiones sobre cómo se forman los precios en el rubro indumentaria.
«Todavía tenemos índices productivos aceptables, si bien en los últimos meses cayó la actividad porque la demanda se ha pinchado. Hay una caída del poder adquisitivo que se refleja en el sector textil», señaló y destacó que se está viendo una desaceleración y el uso de la capacidad instalada en el sector textil está por debajo del promedio de otros sectores industriales.
El sector textil exporta poco y es muy dependiente del mercado interno. En cuanto al contrabando y la informalidad en el rubro, Galfione destacó que la Avendida Avellaneda en la ciudad de Buenos Aires «ya no es como La Salada. Se incorporaron marcas y diseño. Las mismas empresas que fabrican para las grandes marcas están sacando sus marcas propias, pero tienen la misma calidad y diseño».
Galfione también se refirió a las diferencias de precios para una misma prenda que se vende en un local a la calle y en un shopping. «Fabricar una remera sale $ 1.500 y en un shopping cuesta 15.000 . Hay una serie de costos de alquiler, costos de financiación, publicidad e impuestos, no es rentabilidad del fabricante. Cuando comprás con Ahora 6 o Ahora 12, son 12 cuotas sin interés. Pero para el que vende, tiene un costo financiero de casi 40%. Si la prenda salía $ 10.000, en el instante en que pasamos la tarjeta para pagarlo en 12 cuotas, $ 4.000 se los lleva el Ahora 12. El costo financiero es con los impuestos incluídoss. En los 10 mil pesos del precio de la prenda, están el IVA, Ingresos Brutos y otros impuestos», explicó.
«Estamos para vender. A nadie que tiene un negocio le hace gracia subir los precios. Queremos vender más y no hay nada más horrible que comunicar al cliente un aumento de precios. El tema es cómo se reparten las rentabilidades. Lo que podemos producir en forma eficiente en la fábrica le llega al consumidor a precios siderales, y el cliente se enoja con la industria», señaló el titular de ProTejer.
Galfione también señaló que «aumentó la importación de textiles. La ropa no cuesta más barata porque es importada y tiene la estampilla verde, cuesta lo mismo porque el precio no refleja el valor (y el costo de producción) del producto. Hay otros componentes que están en el precio: impuestos, alquileres, costo de financiación. Y eso se termina reflejando en el IPC (Indice de Precios al Consumidor)».
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