Por: Dra. Marina Santucci, profesora asociada e investigadora de UADE. Consultora de Pymes.
Si ser pyme en Argentina es difícil, mantener un modelo de negocio que considere aspectos sociales y ambientales es un acto de heroísmo. Aunque la incógnita es otra… ¿cómo y por qué algunas empresas del sector de cosméticos elijen este camino?
En gran parte, se debe a que la industria de cosmética sostenible se encuentra en un momento de crecimiento en la región, adaptándose a lo que demandan los consumidores, y traccionando en la cadena de suministro a través de la confianza potenciada por las certificaciones y el valor de marca. Es un sector industrial interesante que requiere la colaboración de firmas de distintos tamaños y realidades para acceder a los mercados internacionales. Potencialmente, se requiere mayor incorporación de los mecanismos de medición de la gestión para poder acceder más fácilmente a las certificaciones y mercados regulados.
Y lo cierto es que la investigación académica con impacto social -junto con profesores, investigadores y alumnos- dobla el enriquecimiento y satisfacción de los resultados. En esta etapa, debíamos estudiar bajo qué mecanismos las empresas generan confianza cuando implementan políticas de cuidado del medio ambiente o diseñan sus productos atendiendo el bienestar de los consumidores, animales y trabajadores, quienes participan en todo el proceso.
Actualmente, la cosmética sostenible tiene múltiples facetas, por ejemplo, se trata de componentes naturales, veganos, libre de crueldad para los animales, de componentes orgánicos, aptos para celíacos, entre otros. Muchas de estas especificaciones fueron creadas para satisfacer segmentos de la población que, por cuestiones de salud, no pueden consumir cualquier producto de higiene o cosmética.
En muchos casos estas empresas se manejan a pequeña escala, ya sea porque son pymes o por ser unidades de negocio menores dentro de compañías de consumo masivo. El tamaño de estos negocios limita el acceso al financiamiento, lo que no contribuye -ni en lo más mínimo- a la innovación para fines sostenibles y profundiza la necesidad de estudiar los mecanismos de generación de confianza para la atracción de mercado y fortalecimiento de las cadenas de valor. Entonces, para poder crecer y escalar en sus procesos de negocio, deben inspirar confianza no sólo en sus consumidores desde la imagen de marca, sino en sus socios comerciales para poder insertarse en mercados con mayor potencial de escala, ya sea en el local o exportando.
Por medio de entrevistas a informantes claves de la industria -incluyendo consultores y certificadores, a dueños y gerentes de empresas de cosmética, de las cuales cuatro son pymes- comprendimos, con mayor profundidad, los procesos de certificación por los que pasan estas empresas; tanto para poder vender bajo las regulaciones locales como para cumplir con los requisitos internacionales. Esto es un importante desafío para las pymes, ya que las certificaciones y la asistencia profesional para obtenerlas son muy costosas.
Asimismo, el aseguramiento de ciertas especificaciones, como “producto vegano” o “apto para celíacos”, implica integrar sus operaciones con los proveedores y terceristas, lo que, para una pyme, se trata de otro desafío adicional dada la baja escala a la que trabajan. Frente a ello, muchas terminan importando los materiales; lo que también tiene sus dificultades.
Pero los incentivos se traccionan desde el mercado. A diferencia de otros sectores estudiados, la tendencia de consumo de productos sostenibles en cosmética es incluso más significativa a nivel local, ya que la generación de este tipo de productos responde a las necesidades de la población tanto por fines de salud como por valor prosocial y ambiental. Aspectos como el replanteo durante la pandemia, la intención de evitar el uso del plástico y el cambio generacional… profundizaron el crecimiento de la demanda de estos productos.