La guerra entre Rusia y Ucrania está impactando en los precios de la energía. Para analizar la situación y los riesgos y oportunidades para la Argentina, convocamos en Agenda Pyme Radio al ing. Aníbal Mellano, ex director del Insitituto Argentino del Gas y el Petróleo (IAPG).
El conflicto bélico «trae tanto amenazas como oportunidades», sostuvo Mellano. «Estados Unidos se ha transformado en exportador de petróleo. Esto modifica el mapa energético mundial. Y Europa va a tener que incrementar sus compras. Rusia va a dejar de vender gas, y esto es como tirar del mantel, y así se van a caer los platos», graficó.
«Estados Unidos va a desplazar a Qatar y Nigeria. Pero Rusia no va a dejar de vender gas», remarcó. «Estamos ante una crisis del petróleo. La guerra tiene esa razón. Estados Unidos quiere recuperar su hegemonía económica. China desplazó a Estados Unidos, y por eso quieren recuperarla».
«Es una guerra por el control económico y será en continuado», vaticinó. «Pero Estados Unidos no puede matar a todas las economías con el precio del gas natural.
En cuanto al precio local del gas natural: «no podemos almacenarlo como lo hicieron los Europeos y nos va a llevar un año o año y medio terminar el gasoducto (Néstor Kirchner, que transportará el gas desde Vaca Muerta)», destacó. «Hoy no hay caños suficientes para transportarlo. El problema es que la importación de gas va a más que duplicar el precio».
Argentina tuvo ventanas de autoabastecimiento a lo largo de los años. Esto ocurre porque no todo el petróleo crudo sirve para todos los usos. En gas, empezamos a aprovecharlo a hace poco.
En cuanto a las energías renovables, el ex director del IAPG sostuvo: «con esos precios va a ser muy caro. Además, no son tecnologías totalmente maduras y se interrumpen», señaló.
Por último, Mellino, ex presidente de la cámara que agrupa a las pymes proveedoras de Vaca Muerta, destacó: «hay una gran provisión de productos con diseño propio y servicios tecnológicos para gas y petróleo no convencional. Muchos de ellos tendrían que haber sido desarrollados y probados antes porque las empresas los piden para ya, no para ponerse a probarlos. En cuanto al off shore, «hay que adaptar las tecnologías, porque no son los mismos productos que usamos en Tierra. Necesitamos que una parte del Conicet se dedique a esto, y se necesitan horizontes a mayor plazo que un año o dos», señaló.
En Alemania y Estados Unidos se implementaron laboratorios de investigación y ensayo al servicio
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