Por: Mariano De Rosa, Economista
La transición hacia las energías verdes no solo conlleva un esfuerzo unilateral desde los incentivos fiscales. Adicionalmente, es necesario un compromiso empresarial apoyado en evidencia científica en que el aumento de la temperatura no solo se debe a un proceso natural del planeta sino también a la incidencia del hombre.
. La cada vez mayor escasez de agua y aumento de temperatura ocasionan condiciones menos favorables para actividades relacionadas con nuestros alimentos
Argentina está a la vanguardia en la adaptabilidad al cambio climático. El Trigo HB4es el primer transgénico de esta especie resistente a las sequías. En nuestro país, en momentos de deficiencia hídrica los rendimientos caen un 30% en promedio en la zona núcleo contra un 40% en el resto de las áreas cultivables.
La sustentabilidad de las actividades primarias equilibrará la productividad si el clima sigue teniendo una incidencia negativa cada vez mayor.
El costo de cambiar de fuentes de energía será una transición con volatilidad y con tensiones en los mercados que cada vez hace más escaso el financiamiento. La transición energética, no será gratis.
A mayores precios del gas, carbón, petróleo, entre otros; encarecen la fabricación de paneles solares, baterías de litio y molinos de viento .
Los empresarios deben tomar conciencia de la necesidad de adaptarse al cambio climático.
Esperemos que en el mediano plazo hablar de inversiones verdes sea redundante desde el término. Se necesitan energías limpias y una articulación entre el sector privado y el público.