Por Fredi Vivas, CEO de RockingData. Autor del libro “Cómo piensan las máquinas?”
2022 puede ser un año clave en la democratización de la inteligencia artificial y la ciencia de datos. ¿Por qué esta tecnología puede alcanzar un alto grado de penetración en organizaciones medianas?
La inteligencia artificial suele ser asociada con una tecnología tan poderosa como compleja. Y, si bien los índices de adopción de IA por parte de distintos tipos de organizaciones vienen creciendo a pasos agigantados, todavía el imaginario colectivo en los líderes de algunas de ellas la sigue viendo como algo a lo que sólo pueden acceder las Big Tech.
Sin embargo, en los últimos cincuenta años el mundo vivió una verdadera revolución en lo que refiere a la relación de los humanos con las tecnologías disruptivas. A diferencia de lo que pasaba hasta hace no mucho tiempo atrás, hoy, el tiempo entre que un gran adelanto tecnológico sale al mercado y es adoptado de forma masiva por distintas capas de la sociedad, se acortó considerablemente.
La inteligencia artificial no es una excepción a esta norma. Un estudio realizado recientemente por IBM descubrió que aproximadamente seis de cada diez organizaciones argentinas planean incorporar en los próximos años. Muchas la están usando para predecir demanda de un producto, estudiar ventas, o fidelizar clientes, entre muchas otras cosas. Entonces, ¿Es realmente la IA algo que sólo pueden incorporar las grandes empresas?
La respuesta corta es “no”. La larga, intentaremos plasmarla a continuación.
La caída de barreras de entrada
Hasta hace unos años, los limitantes para incorporar inteligencia artificial a distintas organizaciones eran principalmente dos, y estaban muy relacionados: el talento y el dinero.
Esto tiene que ver con que los profesionales en esta temática eran muy escasos, y resultaba muy difícil formarlos. Esto hacía crecer los costos, que ya de por sí eran altos por la tecnología, y, al mismo tiempo dificultaba la puesta en producción y el mantenimiento de los algoritmos.
En los últimos años las barreras de entrada se redujeron considerablemente, generando la posibilidad de reducir costos en la implementación, y permitiendo incorporar estas herramientas en empresas medianas y cada vez más pequeñas. Al mismo tiempo, el alto grado de digitalización ha producido en los últimos años un gran volumen de datos que y la inmensa capacidad de procesamiento que habilita la computación en la nube nos ha permitido tratarlos con un costo cada vez menor.
“Esto no es para nosotros” es uno de los grandes autolimitantes de las pequeñas y medianas organizaciones en lo que refiere a la incorporación de tecnología. En este momento, la inteligencia artificial tiene el potencial de dinamizar e impulsar a las compañías con el poder de los datos. Y la buena noticia es que las barreras son cada vez menos… a menos que nos las autoimpongamos.