Para conocer la realidad de las Pymes en la provincia de Chaco, consultamos en Agenda Pyme a Alfredo González, dirigiente de la Federación Económica de Chaco (FeChaco) y CAME.

«La actividad ahora es pŕacticamente normal, pese a que Chaco fue uno de los primeros focos de la Pandemia y eso nos afectó muchísimo en el 2020», comentó González en diálogo con Nino Fernández.

«Desde el año pasado, tuvimos que acostumbrarnos a los protocolos y las autoridades entendieron que era necesario el comercio. Se fueron abriendo actividades y la industria no paró nunca, pese a que Chaco fue la primer provincia en entrar en cuarentena».

«Hoy se está trabajando, con altibajos, por los vaivenes de tipo de cambio y macroeconómicos. El sector de la construccioń, por ejemplo, venía complicado por la suba del cemento y el hierro. Y la bajante del río Paraná, nos complicó la provisión de arena», comentó el dirigente empresario.

En cuanto a las actividades industriales más arraigadas en la provincia, González mencionó: madera y fabricación de muebles, colchonerías, textiles fabricantes de Denym (Jeans). La provincia tiene beneficios fiscales, pero hasta el año pasado no teníamos gas natural en nuestros parques industriales, y eso aumentaba los costos», señaló.

«Chaco es una de las pocas provincias en que el empresario puede presentar un proyecto y poseer un terreno en un parque industrial y comprarlo al finalizar el proyecto», destacó González.

La industria forestal tiene un gran desarrollo al interior de la provincia: «en Tres Isletas está una de las mayores exportadoras de bates de béisbol del mundo», comentó González.

Respecto del comercio en zona fronteriza, al ser Chaco lindero con Paraguay, González sostuvo que «es imperioso reglamentar el artículo 10 de la Ley Pyme. Tenemos una enorme presión fiscal y somos linderos con un país que tiene otras leyes impositivas. En la industria del mueble, la presión fiscal es enorme, de entre 55 y 55% del valor del producto», detalló

 

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