Lo afirmó la doctora Juliana Cassataro,quien dirige el equipo de investigadores de la Universidad de San Martin que trabaja en el desarrollo de una vacuna argentina. Durante el Foro de Geopolítica de las Vacunas, organizado por el Consejo Económico y Social (CES), la científica comentó que junto a su equipo en la Unsam, están trabajando en el desarrollo de una vacuna de segunda generación para “refuerzo de las vacunas actuales, utilizando las variantes que actualmente circulan en el país. Pensamos tener lista para el año que viene una vacuna de refuerzo de las vacunas actuales por si disminuye la respuesta inmune y también para grupos que todavía no fueron vacunados, comolas personas más jóvenes. Utilizamos una plataforma de proteínas recombinantes, que puede usarse en individuos inmunosuprimidos y embarazadas.
También señaló que «estamos esperanzados porque vimos cómo los científicos podemos dar una rápida respuesta. Y comentó que comenzaron a trabajar a comienzos de año con el laboratorio local Cassará. “En seis meses identificamos un prototipo que daba muy buena respuesta. Pero nuestro grupo viene trabajando hace 20 años en vacunas, por eso en seis meses pudimos dar esta respuesta. Además de producir vacunas que vienen de afuera, en Argentina tenemos la capacidad de producir vacunas locales”.
Como parte de este panel del Foro, moderado por el titular de la AgenciaI+D+i, Fernando Peirano, también disertó Alberto Chevalier, director en I+D+i de GIHON Laboratorios Químicos SRL. Chevalier comentó que su empresa desarrolla una molécula que se llama thimerosal, ampliamente usada en la producción de vacunas. Señaló que GIHON es, hace 25 años, el único productor de este insumo a nivel mundial que cumple con todas las especificaciones internacionales. En esta Pyme marplatense trabajan 50 personas, la mitad de ellas científicos. El 98% de su producción se exporta, y produjo con apoyo de la Fundación Bill & Melinda Gates y organismos como la Alianza Internacional para las Vacunas (GAVI), un stock de este insumo suficiente para fabricar 20 mil millones de dosis de vacunas (no solo de Covid). Este stock solo está presente en Argentina y en Alemania.
En relación a la cadena nacional de desarrollo y producción de vacunas, Chevalier sostuvo que la Argentina, en el corto y en el mediano plazo, puede ser un centro de provisión de vacunas y de cualquier otro medicamento.
“Argentina cuenta con un sistema científico sólido, falta aceitar mecanismos regulatorios y de financiación”, destacó.
A su turno, Gabriel Tavella, director del Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad
Nacional de Córdoba, mencionó las posibilidades que presenta en I+D+i la producción
pública de medicamentos. Destacó que puede complementar al sector privado de la
industria farmacéutica nacional al atender demandas que los privados no pueden satisfacer,
sustituir importaciones y mejorar el acceso a la salud de la población en general.
También participó del panel Osvaldo Podhajcer, investigador superior CONICET y de la
Fundación Leloir. Resaltó la importancia de tener una visión global frente a la pandemia y
subrayó tanto las capacidades del sector científico como del productivo a la hora de
desarrollar soluciones. “Queremos que las vacunas lleguen a la mayor cantidad de gente
posible en el menor tiempo. Este es un desafío inédito para la humanidad”.
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