Para hacer un balance del sector lácteo- uno de los más complicados en los últimos años, pero también uno de los que mayor valor agregan a la economía argentina-, en Agenda Pyme dialogamos con Jorge Giraudo, director del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA).

 

«Vamos a cerrar este particular 2020 con un crecimiento del 6 o 7% respecto del año pasado. Se mantuvo el consumo interno a pesar de la pandemia y vamos a exportar un 40% más que el año pasado», detalló Giraudo.

A pesar de estos números, los eslabones más importantes de la cadena, la producción primaria y la industria, presentan resultados negativos. Esto ocurre porque el 75% de la producción se destina al mercado interno, y ahí los precios máximo

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eflejan los niveles de inflación, tipo de cambio y costos reales de la producción», sotuvo el director de OCLA.

«De diciembre a octubre la inflación subió  27%, los alimentos subieron 33% el dólar 30% y los lácteos 14%. Ahí hay un atraso del 15 al 20%», detalló.

El año pasado, que hubo menos producción, había un precio más razonable para el tambo. Pero este año se fue atrasando, sobre todo en el sector pyme.

También aparecen «nuevas marcas». Son empresas que parecen pymes pero en realidad son segundas marcas de multinaciones, como Ilolay.

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«El consumo se volcó a leche de cartón, queso cremoso y yogur bebible. Son productos básicos empujados por la ayuda del gobierno durante la pandemia», comentó Giraudo.

En general, no hay mucha importación de lácteos en el mercado Argentino. En cuanto a las exportaciones, sumaron casi u$s 1.200 millones y 3.000 millones de litros exportados. El principal producto exportado es la leche en polvo. Principalmente a Brasil, Argelia y Rusia, con una gran diversificación de mercado. A pesar de las restricciones por las retenciones, trabajamos para colocar los saldos en el mercado internacional. El tipo de cambio no es competitivo, tenemos un dólar de 76 o 78 pesos. Sería más competitivo si no tuvieramos retenciones y se pagaran reintegros», sostuvo.

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