El proyecto de gravar impositivamente a las 12 mil personas más ricas de Argentina por única vez para enfrentar la crisis pandémica se basa en iniciativas similares que ya se pusieron en marcha en otros países como España e Italia, y los vecinos Chile y Perú.
En tanto, una investigación de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) señala que la recaudación por dicho impuesto extraordinario equivaldría a 5622 hospitales modulares, 20, 8 millones a destinados al ingreso familiar por emergencia y a 12,3 millones de jubilaciones por mes.
Quienes se ponen al proyecto suelen decir que la carga tributaria en el país es excesiva, pese a que las estadísticas internacionales muestran que se encuentra por debajo del promedio de los países de la OCDE.
Hace más de dos meses que los diputados Carlos Heller y Máximo Kirchner presentaron un proyecto para gravar los patrimonios más altos producto, por un lado, del enorme gasto público que viene realizando el gobierno en distintos programas para combatir la emergencia económica y sanitaria (ATP, IFE, créditos blandos, hospitales de emergencia, respiradores, compras sanitarias y obra pública), y por el otro, por la caída de la recaudación producto la recesión por la pandemia. El Estado proyecta gastar el equivalente a cerca del 10% del PBI entre políticas de expansión financieras, fiscales y gastos corrientes, incrementadas enormemente desde marzo.