No es novedad que durante los cuatro años de gobierno macrista la producción y la industria nacional, el mercado interno y las condiciones de vida de nuestro pueblo fueron diezmados por políticas de ajuste y entrega, que golpearon con dureza a nuestrxs niñxs, mujeres, ancianxs, vecinos y vecinas de nuestros barrios que hoy nos reinventamos para dar una nueva pelea, porque la pandemia del COVID-19 se suma a la pandemia del endeudamiento histórico e ilegítimo, de la fuga de capitales, de la destrucción de miles y miles de puestos de trabajo.
Mientras el gobierno de Mauricio Macri pisoteaba a las Empresas Recuperadas, a la Economía Popular y a las Pymes bajo el mote de improductividad, a Vicentín le inyectaba fortunas con fondos de nuestro pueblo, a escasas horas de abandonar el poder y de que el mega grupo agrario se declarara en “estrés financiero”.
Este caso es un botón de muestra de la voracidad de un sistema que no termina de morir y de la desesperación de sus bufones de turno, siempre cipayos.
No sorprende el fallo del Juzgado Civil y Comercial de Reconquista (Santa Fe) que el 19 de junio rechazó la intervención dispuesta por el Poder Ejecutivo Nacional a través del DNU 522/2020. Los trabajadores y las trabajadoras de Empresas Recuperadas conocemos bien el accionar de un Poder Judicial que en la mayoría de los casos opera enquistado y ajeno a la imparcialidad, que defiende a la propiedad privada por encima de los derechos de los sectores populares.
Por eso también sabemos que si la cesación de pagos es simulada, que si la toma de crédito público es fraudulenta, que si lo que estamos disputando es la soberanía alimentaria y la continuidad de los puestos de trabajo genuino, hay un solo camino: que se decrete la quiebra y se expropie la empresa para poner freno a la maniobra y para que los responsables directos, indirectos y políticos paguen lo que tengan que pagar.
No hay excusas, el Estado y el Banco Nación con sus acreencias deben pedir la quiebra y después expropiar, para pagar por lo que vale y no por lo que debe.
Hoy más que nunca, en el día de la Bandera, la soberanía, la dignidad y el trabajo no se declaman. Los construye, los arranca y los defiende el pueblo con nuestra unidad, nuestra lucha y nuestra organización.
Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas
Buenos Aires, 20 de junio de 2020