La Cámara Argentina de la Máquina Herramienta y Tecnologías para la Producción (CARMAHE) expresó en un comunicado hoy que el acuerdo entre el MERCOSUR y la Unión Europa (UE) «es una oportunidad para el sector industrial, pero requiere bajar los costos internos”.
Jorge Göttert, presidente CARMAHE, sostuvo que para el sector de bienes de capital y tecnologías productivas, el acuerdo es positivo. “No debemos tener miedo, al contrario nos acerca a la UE que es hoy en día lo más avanzado en tecnología maquinaria y bienes de capital”.
Para Pedro Cascales, directivo de CARMAHE y vocero de la CAME, el acuerdo abre un mercado muy importante en términos de tamaño y poder adquisitivo. “Se trata de un mercado que consume por año u$s 800 mil millones en servicios, lo que habla de una muy buena oportunidad para la Argentina, por la ventaja comparativa que tenemos en la industria del software, en diseño industrial y de marketing vinculado a servicios industriales” sostuvo.
Cascales también se refirió al potencial inversor de la UE. “Es el principal inversor externo directo, superando a EEUU y a China”. Respecto a los desafíos que impone el tratado, destacó que es necesario bajar costos. “Para competir vamos a tener que bajar los costos logísticos, financieros e impositivos y modernizar la legislación laboral, incorporando la figura de home-working o el tele-trabajo”.
Por su parte Göttert se refirió a la situación del financiamiento para la inversión productiva . “Hoy no hay crédito, las líneas que existen son impagables”.
Ambos dirigentes sostuvieron que poner en marcha el acuerdo llevará e un proceso de 15 años y «es fundamental que en ese marco haya un un capítulo especial para las pymes».
Metalúrgicos también ven luces y sombras
En tanto, el presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA), José Luis Ammaturo, destacó que el acuerdo Mercosur – UE es “un paso significativo en momentos de luchas comerciales a nivel mundial”. También advirtió que “para enfrentar este desafío, las pymes argentinas deberán ser competitivas y para ello es fundamental una reforma impositiva, que reduzca las presiones fiscales sobre la industria, además de una modificación profunda del sistema laboral”.
“La firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea significa la posibilidad de ampliar el mercado, permitiendo la incorporación de trabajadores”, sostuvo Ammaturo. Sin embargo anticipó que «los empresarios necesitamos invertir avanzar tecnológicamente, mejorar condiciones y procesos, innovar. Pero el mayor desafío pasa por un Estado más eficiente en sus gastos, que se traduzca en una baja importante en la presión fiscal”.
Ammaturo señaló que también hará falta “reducir los enormes costos laborales; eliminar la industria del juicio; actualizar los convenios colectivos; flexibilizar las relaciones laborales y eliminar sobrecostos en fletes, bancos, seguridad, trámites aduaneros, entre otros”.
“Estas modificaciones estructurales trascenderán varios gobiernos, por lo que resulta necesario acuerdos a largo plazo entre las distintas fuerzas políticas, que posibiliten el ingreso de inversiones, dando además un fuerte respaldo a las pymes y a la industria en general”, agregó el el directivo de CAMIMA.
