Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) demuestra el fracaso de los créditos ofrecidos por el Gobierno como una alternativa al acceso a una vivienda.
La fuerte inflación que sufrió la Argentina en el último año que no fue acompañada con el crecimiento de los salarios fue un duro golpe al bolsillo de aquellos argentinos que apostaron a los préstamos hipotecarios UVA ofrecidos por el Gobierno con el fin de ser un acceso posible a una vivienda propia.
Sin embargo, un informe confeccionado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) demostró el enorme fracaso en dichos préstamos. Es que, la inflación minorista anual se ubicó en el 47,6%, pero al no acompañar los salarios a esa inflación, derivó en una pérdida del poder adquisitivo promedio del 14,32% en términos interanuales para el conjunto de los trabajadores registrados.
El principal problema para aquellos que lograron acceder a la línea de financiación, se acentuó en la ausencia de cláusulas que limiten el ajuste por inflación cuando los ingresos evolucionan por debajo, como viene ocurriendo desde el segundo trimestre del año pasado.
Las supuestas ventajas para los tomadores resultaron no ser tales: no hubo un proceso de desinflación como fuera prometido. En ese sentido, tampoco es cierto que los flujos de dinero que deben emplear los tomadores resulten semejantes a los que estarían destinando si siguieran alquilando, tal como resulta de este trabajo.
El mayor incremento se produce en el último año, pasando la cuota de $ 9.870 en mayo de 2018 a los $ 15.212 en mayo de 2019. Se trata de un incremento de $ 5.342 en la cuota en un año, que representa un 55% de aumento.
Si miramos solo los meses de octubre de 2018 hasta mayo de este año, la cuota se incrementó en $ 4.183, un 38% en tan sólo 8 meses que reflejaron la aceleración del proceso inflacionario.
El endurecimiento en las condiciones de estas líneas de financiación restringió por completo el acceso a este tipo de préstamos hipotecarios para la mayor parte de los argentinos. Cabe destacar que, el nivel de ingresos que se requiere acreditar equivale a 2,21 veces el ingreso individual medio del decil más rico de la población.