Por Romina Pousa, docente del Dpto. de Tecnología Industrial y Servicios e investigadora del Instituto de Tecnología (INTEC) de UADE.

En el Día del Empresario Nacional, celebrado cada 16 de agosto, es esencial reconocer y valorar el papel crucial que desempeñan en el desarrollo económico y social del país. En Argentina, este día adquiere un significado especial, ya que enfrentan un entorno complejo y volátil que exige la capacidad de actuar rápidamente y reflexionar lentamente.

En el contexto argentino, la rapidez en la toma de decisiones es vital. Los empresarios deben adaptarse rápidamente a cambios en las políticas económicas, fluctuaciones del mercado y desafíos imprevistos. Según un estudio de McKinsey & Company, las empresas que innovan y se adaptan rápidamente a los cambios del entorno tienen un 30% más de probabilidades de éxito en la implementación de nuevas estrategias.

La agilidad en este entorno permite a las empresas argentinas responder de manera efectiva a las oportunidades emergentes y minimizar el impacto de las amenazas. Aunque es importante ir más allá: no solo sobrevivir, sino más bien prosperar, enfocándose en la rápida ejecución de decisiones estratégicas.

Sin embargo, la velocidad en la acción debe complementarse con una reflexión profunda. Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, en su libro «Pensar Rápido, Pensar Despacio», destaca la importancia de equilibrar la intuición y el análisis detallado en la toma de decisiones. La reflexión lenta permite a los empresarios argentinos evaluar cuidadosamente los riesgos, considerar las consecuencias a largo plazo y tomar decisiones informadas.

En un entorno económico tan fluctuante como el argentino, esta capacidad de reflexión es crucial. Las empresas que toman el tiempo para analizar profundamente sus estrategias y decisiones son más resilientes y capaces de sostener su crecimiento a largo plazo. Durante la pandemia de COVID-19, muchas empresas que se tomaron el tiempo para reevaluar sus modelos de negocio y adaptarse a las nuevas realidades lograron superar la crisis con éxito.

La inflación, la inestabilidad política y las restricciones cambiarias son algunos de los problemas más acuciantes que, justamente, requieren un equilibrio entre la acción rápida y la reflexión lenta. Estos factores crean un entorno de incertidumbre que complica la planificación y la inversión a largo plazo.

Además, la carga impositiva y la burocracia representan obstáculos significativos para el crecimiento empresarial. Según un informe del Banco Mundial, Argentina se encuentra entre los países con los sistemas tributarios más complejos y costosos, lo que dificulta la competitividad de las empresas locales.

En este contexto, los empresarios deben ser capaces de tomar decisiones rápidas para aprovechar las oportunidades que surgen en medio de la crisis, mientras reflexionan profundamente sobre cómo navegar los desafíos estructurales del país.

La combinación de actuar rápidamente y reflexionar lentamente no solo es deseable, sino necesaria. Esta dualidad permite a los líderes empresariales adaptarse a las realidades inmediatas sin perder de vista la sostenibilidad y el crecimiento a largo plazo.

Al respecto, un estudio del Boston Consulting Group revela que las empresas que logran equilibrar la agilidad con una reflexión estratégica profunda son más innovadoras y sostenibles. Esta combinación de habilidades es especialmente relevante en el contexto argentino, donde la capacidad de adaptarse rápidamente a los cambios y de planificar estratégicamente para el futuro es esencial para el éxito.

Bajo este contexto, en este Día del Empresario Nacional, celebramos la resiliencia, la innovación y la capacidad de adaptación de los empresarios argentinos. La habilidad de actuar rápidamente y reflexionar lentamente no solo asegura la competitividad en un entorno desafiante, sino que también fortalece la capacidad de tomar decisiones informadas y sostenibles. Es esta dualidad la que permite a los empresarios argentinos enfrentar los desafíos del presente y construir un futuro próspero para sus empresas y para el país en su conjunto.