En una reciente publicación del diario francés Les Echos se comenta el resultado de una investigación efectuada por el barómetro de confianza política del Centro de Investigación Política Francés referida a los niveles de confianza del público respecto a diversas estructura empresarias. Entre otros resultados, Martial Foucault, director de la institución, destaca que el 81% de las personas encuestadas declaró tener confianza en las pequeñas y medianas empresas. Este porcentaje adquiere aún mayor significación si se lo compara con los obtenidos para otras dimensiones como, por ejemplo, las grandes empresas públicas para loas que el porcentaje de confianza bajó a un 46% de los encuestados y a un 43% para los grandes grupos empresarios. Pero posiblemente el resultado más saliente fue el referido a los bancos. En este caso, el resultado obtenido respecto a la confianza se redujo al 30%. No deja de resultar interesante reflexionar que, en un mundo en el que las finanzas ganan espacio entre las actividades económicas, las instituciones centrales para su funcionamiento exhiban tan bajo grado de confianza. En una especie de comportamiento paralelo, la encuesta también incorporó los niveles de confianza en el ámbito político. En este caso, los resultados obtenidos permitieron concluir que la confianza es mayor en los representantes de su ayuntamiento o consejeros regionales que en los encargados de las políticas a nivel nacional o europeo. Foucault interpreta que la cercanía con los responsables de las instituciones es el principal fundamento de estas valoraciones